«Cerró la puerta y me dio vuelta contra el espejo. Me volví a ver después de
mucho tiempo y no sé si eran las luces o las drogas, pero me encontré
radiante. Me bajó el pantalón y me pasó despacio la lengua por encima del
calzoncillo hasta que en un momento lo rompió con los dientes y me metió la
lengua hasta adentro del culo. Estaba conociendo niveles de placer
inexplorados. Se paró atrás mío y me agarró del cuello contra el espejo
mientras me la apoyaba. En el reflejo nos veíamos increíbles».