No necesito recordarte que ahora eres aquello que has asumido que eres. No lo discutas con nadie, ni contigo mismo. No puedes pensar en el cómo, cuando sabes que ya eres.
Tu razonamiento tridimensional, que es un razonamiento muy limitado en efecto, no debería ser traído a este drama. No sabe. Lo que sentiste como verdadero es verdadero.
No permitas que ningún hombre te diga que no deberías tenerlo. Lo que sientes que tienes lo tendrás. Y te prometo esto, después de que hayas realizado tu objetivo, como reflejo tendrás que admitir que esta mente razonadora tuya nunca podría haber organizado el camino o la manera para que se cumpliera el deseo.
Eres y tienes aquello en este mismo momento en que te lo apropiaste. No lo discutas. No mires a alguien buscando aliento porque la cosa podría no venir. Tiene que venir. Sigue con los negocios de tu Padre haciendo todo lo que haces normalmente y permite que estas cosas ocurran en tu mundo».