La estúpida sonrisa de los payasos, piensa: la herida de la niña le da a esa madre legitimidad para actuar como está actuando, el derecho de continuar acosándola como quien irrumpe en una casa ajena. Le dice que Andreas es un hombre oscuro, que es manipulador y sucio. Ella lo conoce muy bien. Muy bien, repite, y esas dos palabras se agigantan, contienen todo un idioma, todo un mundo privado y secreto al que Nat ya no tiene acceso.