Donde se enseñará a ser feliz

él, un poco emocionado, me respondió:

—Mamá, me gusta tu corazón.

—¿Por qué?

—Porque es dulce

A veces el expósito se injerta de tal manera en el nuevo árbol que solo se desprende de él cuando se marchita. Por eso todavía vive en la Casa de Expósitos un grupo de viejecitos que nunca se acordó de huir.

Tal vez por la conciencia tardía de que somos la única presencia que no nos dejará hasta la muerte. Y por eso nos amamos y nos buscamos a nosotros mismos. Y porque, mientras existamos, existirá el mundo y existirá la humanidad.

Me gusta de una manera cariñosa lo inacabado, lo mal hecho, aquello que torpemente intenta un pequeño vuelo y cae sin gracia al suelo.

CLARICE LISPECTOR, La legión extranjera

Se frota la cara con jabón, hasta sentir la piel estirada, brillante

Corre, empuja la puerta. Vacía

Ella de pie en la habitación, como si le hubiesen extraído del cuerpo toda el alma.

burlando la vigilancia de la cortina leve

Y todo eso que estoy diciendo es solo un preámbulo para justificar mi placer de darte tantos consejos. Porque dar consejos es otra vez hablar de uno mismo. Y aquí estoy yo... Pero, después de todo, puedo hablar con la conciencia en paz. No conozco nada que dé tantos derechos a un hombre como el hecho de vivir.

somos la única presencia que no nos dejará hasta la muerte. Y por eso nos amamos y nos buscamos a nosotros mismos. Y porque, mientras existamos, existirá el mundo y existirá la humanidad. Es así como, después de todo, nos unimos a ellos.