El anuncio de que el senador Kendrick tenía una hija ilegítima había sido toda una sorpresa y la prensa no había tardado en localizar a la misteriosa mujer con la esperanza de hacerse con una exclusiva. Pero Jillian Hadley no quería nada de los Kendrick, hasta que éstos contrataron a Ben Garrett para que la ayudara a dar una buena imagen de sí misma ante los medios de comunicación que querían desacreditarla.
Entonces, todo el país pudo ver al famoso relaciones públicas diciéndole al oído algo a la maestra y, viendo las imágenes, cualquiera diría que lo que había entre ambos era un asunto de índole muy personal…