Karl Von Clausewitz

De la guerra

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  • erik daniel matiascompartió una citahace 4 años
    Por tanto, no soy ya dueño de mí mismo, sino que aquél me justifica, al tiempo que yo lo justifico a él
  • Alancompartió una citahace 3 años
    Mientras no haya derrotado a mi oponente, tengo que albergar el temor de que sea él quien pueda derrotarme. Por tanto, no soy ya dueño de mí mismo, sino que aquél me justifica, al tiempo que yo lo justifico a él. Es esta la segunda acción recíproca que conduce a un segundo caso extremo.

    Cuándo se está en guerra, los dos se justifican cómo iguales. Por éso las últimas dizque guerras de Estados Unidos no han sido guerras pues la guerra es un duelo de iguales que se enfrentan y justifican con referencia al otro.

  • Alancompartió una citahace 3 años
    Reiteramos, pues, nuestra afirmación: la guerra es un acto de fuerza, y no hay un límite para su aplicación. Los adversarios se justifican uno al otro, y esto redunda en acciones recíprocas llevadas por principio a su extremo. Es esta la primera acción recíproca que se nos presenta y el primer caso extremo con que nos encontramos.
  • Alancompartió una citahace 3 años
    Si la guerra constituye un acto de fuerza, las emociones están necesariamente implicadas en ella.
  • Alancompartió una citahace 3 años
    Entre los seres salvajes prevalecen las intenciones de origen emocional; entre los pueblos civilizados, las determinadas por la inteligencia. Pero tal diferencia no reside en la naturaleza intrínseca del salvajismo o de la civilización, sino en las circunstancias en que están inmersos, sus instituciones, etc.

    La guerra se divide en sentimiento hostil y intención hostil

  • Alancompartió una citahace 3 años
    No queremos comenzar con una definición altisonante y grave de la guerra, sino limitarnos a su esencia, el duelo. La guerra no es más que un duelo en una escala más amplia. Si quisiéramos concebir como una unidad los innumerables duelos residuales que la integran, podríamos representárnosla como dos luchadores, cada uno de los cuales trata de imponer al otro su voluntad por medio de la fuerza física; su propósito siguiente es abatir al adversario e incapacitarlo para que no pueda proseguir con su resistencia.
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