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Roberto Arlt

El Juguete Rabioso

  • Maria Solange Chencompartió una citahace 4 años
    y no pierda su alegría; su alegría es muy linda…
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    —Es cierto… Hay momentos en nuestra vida en que tenemos necesidad de ser canallas, de ensuciarnos hasta adentro, de hacer alguna infamia, yo qué sé… de destrozar para siempre la vida de un hombre… y después de hecho eso podremos volver a caminar tranquilos.
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    —Yo creo que Dios es la alegría de vivir. ¡Si usted supiera! A veces me parece que tengo un alma tan grande como la iglesia de flores… y me dan ganas de reír, de salir a la calle y pegarle puñetazos amistosos a la gente…
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    "¿Y yo?… ¿yo seré así… ? ¿No alcanzaré a llevar una vista fastuosa como la de Rocambole?"

    Y las palabras que antes le había dicho al Rengo sonaron otra vez en mis orejas, pero como si las pronunciara otra boca:

    "Sí, la vida es linda, Rengo… Es linda. Imaginate los grandes campos, imaginate las ciudades del otro lado del mar. Las hembras que nos seguirían, y nosotros cruzaríamos como grandes 'bacanes' las ciudades que están al otro lado del mar".
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    —Por qué no… sí, hombre… ya estoy aburrido de caminar vendiendo papel. Siempre la misma vida:

    estarse reventando para nada. Decime, Rengo, ¿tiene sentido esta vida? Trabajamos para comer y comemos para trabajar. "Minga" de alegría, "minga" de fiestas, y todos los días lo mismo, Rengo. Esto "esgunfia" ya.
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    Y él recogía grasa, huesos carnudos; de los verduleros, quien no le daba un repollo le daba patatas o cebollas, las hueveras un poco de manteca, las mondongueras un chirlo de hígado, y el Rengo jovial, con el sombrero inclinado sobre una oreja, el látigo a la espalda, y la bolsa en la mano, cruzaba soberbio como un rey ante los mercaderes, y hasta los más avaros y hasta los más viles no se atrevían a negarle una sobra, porque sabían que él podía perjudicarles en distintas formas.
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    Eran memorias de asaltos y rapiñas, robos en pleno día, y los nombres de Cabecita de Ajo, el Inglés, y los dos hermanos Arévalo, estaban continuamente trabados en estos relatos.
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    Rengo, además de cuidador, tenía sus cascabeles de ladrón, y siendo "macró" de afición no podía dejar de ser jugador de hábito. En substancia, era un pícaro afabilísimo, del cual se podía esperar cualquier favor y también alguna trastada.
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    Además, hay que aprender a dominarse, para soportar todas las insolencias de los burgueses menores.
  • Alejandro Zavaletacompartió una citahace 3 años
    No parecerá entonces exagerado decir que entre un individuo y el comerciante se han establecido vínculos materiales y espirituales, relación inconsciente o simulada de ideas económicas, políticas, religiosas y hasta sociales, y que una operación de venta, aunque sea la de un paquete de agujas, salvo perentoria necesidad, eslabona en sí más dificultades que la solución del binomio de Newton.
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