«Si quieres escribir una novela, la primera norma es saber decir no, rechazar las invitaciones.» ¿Por qué aceptar entonces la propuesta de pasar una noche en el museo Punta della Dogana?
A través del arte sutil de la digresión en la noche veneciana, Leila Slimani se adentra en el proceso creativo de su escritura, aborda los problemas de identidad y del pasado colonial, de moverse entre dos mundos, Oriente y Occidente, donde ella navega y se balancea, como las aguas de Venecia, ciudad cuyo sino es la belleza y la destrucción. Este libro es también un diálogo discreto, impregnado de una dulce melancolía, con su infancia en Marruecos, con su padre ya fallecido. «Escribir es jugar con el silencio, es confesar, de manera indirecta, unos secretos indecibles en la vida real.»