La tenía justo donde quería
A Nate Hunter le resultó demasiado fácil seducir a la hija de su enemigo. Y después de un fin de semana tórrido, le planteó un ultimátum: Nicole Wilson tendría que trabajar con él. Si no lo hacía, su familia se enteraría de su aventura.
Nicole no tenía muchas alternativas, pero al aceptar las condiciones de su amante, vio en sus ojos una esperanza de redención. ¿Estarían justificadas las razones de Nate? ¿Se atrevería a fiarse de un hombre que pretendía destruir todo lo que amaba?