Una jaula de oro

¿Cuántas veces las engañarían? ¿Cuántas verían sus sueños frustrados? Delante de ellas se extendía un largo collar de maldades que los hombres les harían sufrir. La experiencia de sentirse apartado, de que te juzguen por el aspecto físico, la ambición de encajar, de agradar: eso era lo que unía a las mujeres de todas las edades, de todos los países y de todos los tiempos.

una seguridad fascinante.

se había quedado de pie

dos cervezas con bastante espuma

gotas de café rodaron por el exterior de la taza blanca

escribía sobre mujeres emprendedoras, y la invitaban a todos los magazines televisivos.

se dio cuenta de pronto de lo mucho que había echado de menos

era importante garantizar la funcionalidad global de los hijos ya en el útero

equivalente de Guantánamo para la clase alta de Estocolmo.

tenía veintinueve años, tres menos