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Libros
Rosario Castellanos

Álbum de familia

  • Ana Gonzálezcompartió una citahace 6 años
    Yo, por lo menos, declaro solemnemente que no estoy, que no he estado nunca ni en este ajo que ustedes comparten ni en ningún otro. Jamás he entendido nada de nada. Pueden ustedes observar los síntomas: me planto, hecha una imbécil, dentro de una cocina impecable y neutra, con el delantal que usurpo para hacer un simulacro de eficiencia y del que seré despojada vergonzosa pero justicieramente.
  • Brenda Edith Chávez Aguilarcompartió una citahace 3 años
    Gracias por haberme abierto la jaula de una rutina estéril para cerrarme la jaula de otra rutina que, según todos los propósitos y las posibilidades, ha de ser fecunda.
  • Ceciliuxcompartió una citahace 4 años
    Se me atribuyen las responsabilidades y las tareas de una criada para todo. He de mantener la casa impecable, la ropa lista, el ritmo de la alimentación infalible. Pero no se me paga ningún sueldo, no se me concede un día libre a la semana, no puedo cambiar de amo. Debo, por otra parte, contribuir al sostenimiento del hogar y he de desempeñar con eficacia un trabajo en el que el jefe exige y los compañeros conspiran y los subordinados odian
  • Mery Neriacompartió una citahace 6 años
    mis ratos de ocio me transformo en una dama de sociedad que ofrece comidas y cenas a los amigos de su marido, que asiste a reuniones, que se abona a la ópera, que controla su peso, que renueva su guardarropa, que cuida la lozanía de su cutis, que se conserva atractiva, que está al tanto de los chismes, que se desvela y que madruga, que corre el riesgo mensual de la maternidad, que cree en las juntas nocturnas de ejecutivos, en los viajes de negocios y en la llegada de clientes imprevistos;
  • marilulesicompartió una citahace 6 años
    Edith detuvo en él sus negrísimos ojos líquidos —era un truco que usaba en ocasiones especiales— antes de contestar.
  • maría fernanda almadacompartió una citael mes pasado
    Adoptaban hacia nosotras actitudes de una cortesía, de una caballerosidad tan excesivas que tenían, forzosamente, que ser falsas.
    —Era —aseguraba Victoria— su método para reducirnos a la calidad de damas, para despojarnos de nuestras armas de combate.
  • maría fernanda almadacompartió una citael mes pasado
    Contra el fracaso queda una defensa; la certidumbre de que es injusto, de que la posteridad rectificará el error. Y eso te lleva a encarnizarte, aún más si es posible, en la persecución de la palabra exacta, de la metáfora fiel. Lo otro, el halago, la facilidad de una miel que, primero, no rechazas porque es sabrosa y de la que después no aciertas a desprenderte porque es espesa y te debates en ella, inútilmente, como un insecto, hasta el fin.
  • lupebluerubiocompartió una citael mes pasado
    Pero yo contaba con que el sacrificio, el renunciamiento completo a lo que soy, no se me demandaría más que en la Ocasión Sublime, en la Hora de las Grandes Resoluciones, en el Momento de la Decisión Definitiva. No con lo que me he topado hoy que es algo muy insignificante, muy ridículo. Y sin embargo…
  • lupebluerubiocompartió una citael mes pasado
    Si insisto en afirmar mi versión de los hechos mi marido va a mirarme con suspicacia,
  • lupebluerubiocompartió una citael mes pasado
    y va a vivir en la continua expectativa de que se me declare la locura.
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