El farmacéutico de Auschwitz

hijo no es responsable de los pecados de su padre.

un «olor dulzón de cuerpos humanos quemados, omnipresente, que penetraba todo invisiblemente, como un cadáver disuelto finamente adentro de cada uno»).7

El sobrino de 16 años de Glück fue atrapado. Antes de que las SS se lo llevaran, se las había arreglado para cortarse el brazo y con la sangre de la herida escribir en el muro trasero de las barracas: «Andreas Rappaport: vivió 16 años».26

«Soy Capesius de Transilvania», rugió a los presos. «Conmigo van a conocer al demonio»

Krömer a Capesius. «El infierno en el inframundo no es nada comparado con esto».

recordaría: «Estaban prendidos con un alfiler como mariposas. Pensé que había muerto y que estaba en el infierno».

«Los que aquí entráis, perded toda esperanza»

la primera vez que un oficial de alto rango de las SS confirmaba la Solución Final. La confesión de Gerstein se envió al Vaticano en una valija diplomática sellada y se mantuvo en secreto durante la guerra).9

Cerca de 25,000 de los trabajadores forzados fueron explotados hasta la muerte, con un promedio de vida de solo tres meses.

ejecutivos de la compañía observaron, por ejemplo, que, de un embarque de 5,022 judíos, 4,092 fueron asesinados inmediatamente.