algunas veces solo quería… no sé, escapar de la vida. Ahondar en un mundo que abordaba cuestiones de la vida real para abrir los ojos, o en un mundo diferente, algo totalmente irreal. Uno con faes en guerra o vampiros itinerantes. Quería experimentar cosas nuevas y siempre, siempre, llegar a la última página sintiéndome satisfecha.
Porque a veces el «felices para siempre» tan solo existía en los libros que leía.