Jorge Luis Borges

Borges, profesor

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En 1966, Jorge Luis Borges dictó un curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. Las clases fueron grabadas por algunos alumnos que luego las transcribieron para que otros más pudieran estudiar. Las grabaciones se han perdido, pero los textos transcritos a máquina se conservan hasta hoy. Después de un minucioso análisis e investigación de las fuentes citadas, Martín Arias y Martín Hadis lograron compaginar las transcripciones, sin modificar el lenguaje oral de Borges, que nos ha llegado intacto, con sus latiguillos y repeticiones. La edición se completa con notas que amplían la información. Con erudición y simpatía habituales, Borges se explaya en detalle sobre sus temas predilectos: los anglosajones, la poesía de Inglaterra, Samuel Johnson y James Boswell, James Mcpherson, Wordsworth, Coleridge, William Blake, Carlyle, Robert Browning, Dante Gabriel Rossetti, William Morris, Dickens, y Stevenson entre otros.«Creo que uno sólo puede enseñar el amor de algo. Yo he enseñado, no literatura inglesa, sino el amor a esa literatura. O mejor dicho, ya que la literatura es virtualmente infinita, el amor a ciertos libros, a ciertas páginas, quizá de ciertos versos. Yo dicté esa cátedra durante veinte años. Disponía de cincuenta a cuarenta alumnos, y cuatro meses. Lo menos importante eran las fechas y los nombres propios, pero logré enseñarles el amor de algunos autores y de algunos libros. Es decir, lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes. El hecho de que sean contemporáneos, de que hayan muerto hace siglos, de que pertenezcan a tal o cual región, eso es lo de menos. Lo importante es revelar belleza y sólo se puede revelar belleza que uno ha sentido.»Jorge Luis Borges
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Opiniones

  • nt8szbkwf7compartió su opiniónhace 3 años
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Citas

  • nt8szbkwf7compartió una citahace 3 años
    El poeta no debe tratar de lo individual, sino de lo genérico, ya que el poeta escribe para la posteridad. Dice que al poeta no debe importarle lo local, lo propio de una clase humana, de una región, de un país. Que ya que la poesía tiene esta alta misión de ser eterna, el poeta debe ocuparse, no de los problemas —desde luego Johnson no usa la palabra «problemas», que en aquel tiempo se aplicaba específicamente a las matemáticas—, que no debe ocuparse de lo que inquieta a su época sino que debe buscar lo eterno, las pasiones eternas del hombre, y luego temas como la brevedad de la vida humana, las vicisitudes del destino, la esperanza que tenemos de la inmortalidad, los vicios, las virtudes, etcétera
  • nt8szbkwf7compartió una citahace 3 años
    Un amigo que tenía le dijo un día que la Academia Francesa, con cuarenta miembros, había tardado cuarenta años en hacer el diccionario de la lengua francesa. Y Johnson, que era nacionalista acérrimo, respondió: «Cuarenta franceses y un inglés, la proporción es justa». E hizo el mismo cálculo con el tiempo: si los franceses cuarenta personas a cuarenta años cada uno necesitaron en total mil seiscientos años, eso bien vale los tres que tarda un inglés. Pero la verdad es que no fueron tres sino nueve los que necesitó para completar la obra.
  • nt8szbkwf7compartió una citahace 3 años
    En Italia y Francia hubo academias que compusieron diccionarios que no registraban todas las palabras. No querían registrarlas: dejaban fuera las palabras rústicas, dialectales, de argot, las demasiado técnicas, propias de cada profesión. No querían ser ricos en palabras, sino tener pocas palabras pero buenas. Querían sobre todo precisión, poner un límite al idioma

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