La felicidad es no padecer dolor o daño, la moralidad no causarlos.
Nadie quiere el dolor. Más que el placer, el dolor es el eje sobre el que gira todo la humanidad. La infelicidad puede sobrevenirnos, sin que la queramos, por caminos muy diversos puesto que el dolor corporal y el dolor mental pueden brotar de fuentes diversas, pero es muy frecuente que seamos nosotros quienes nos hundamos en la infelicidad o desdicha al esperar demasiado de la vida y esperar demasiado de los otros. El ser humano es un animal cultural, animal porque estamos sujetos a la naturaleza de la que provenimos, pero somos seres culturales por la acción de nuestra razón. La razón humana construye ideas, doctrinas, ideologías, creencias; muchas de ellas acertadas, pero también construye ideas o ideologías equivocadas o inconveniente y, también construye o confecciona disparates, sinrazones. Doctrinas o ideas varias que a menudo comporta dolor y daño para nuestras semejantes.
El ser humano es aprovechado, acomodaticio, muy crédulo, codicioso, con mucho miedo y muy frecuentemente desea o espera aquello que nunca va a llegar. Cuando nos forjamos ideas inadecuadas acerca del mundo, de los demás o de nosotros mismos en muchos casos acabamos siendo presa del malestar y de la infelicidad. De este tipo de cosas trata este libro.
