Antígona

ANTÍGONA. —Animo, deja eso ya; a ti te toca vivir; en cuanto a mi, mi vida se acabó hace tiempo, por salir en ayuda de los muertos.

ANTÍGONA. —Tú escogiste vivir, y yo la muerte.

aunque la religión y la moral siguieron siendo los principales temas dramáticos, la voluntad, las decisiones y el destino de los individuos pasaron a ocupar el centro de interés de la tragedia griega.

Antígona propone uno de los principales temas del autor: el carácter de los protagonistas, las decisiones que toman y las consecuencias, a menudo dolorosas, de estos dictados de la voluntad personal.

CORIFEO. —Con mucho, la prudencia es la base de la felicidad. Y, en lo debido a los dioses, no hay que cometer ni un desliz. No. Las palabras hinchadas por el orgullo comportan, para los orgullosos, los mayores golpes; ellas, con la vejez, enseñan a tener prudencia.

CORIFEO. —Ahora no hagas plegarias. No hay hombre que pueda eludir lo que el destino le ha fijado.

CREONTE. —Ay, vosotros que veis, en un mismo linaje, asesinos y víctimas: mi obstinada razón que no razona, ¡oh errores fatales!

cadáver al lado de un cadáver; que al final, mísero, logró su boda, pero ya en el Hades: ejemplo para los mortales de hasta qué punto el peor mal del hombre es la irreflexión.

Nada de esto es de tu incumbencia, ni de la de los celestes dioses; esto es violencia que tú les haces

que creen que ellos son los únicos que piensan o que tienen un modo de hablar o un espíritu como nadie, éstos aparecen vacíos de vanidad, al ser descubiertos.