Este libro relata el inicio y los testimonios de un peculiar equipo de rugby, los Espartanos, reclusos de la unidad n.° 48 de San Martín, una cárcel argentina. La pelota de rugby y el rezo del rosario parecen ser los atajos que preparan el terreno para dar el gran salto al vacío: pedir perdón, perdonar, y perdonarse. Cuando se alcanza ese punto de maduración en la historia de cada uno, las personas quedan listas para aprovechar una nueva oportunidad y así reescribir su historia. Porque siempre se puede volver a empezar. Así se lo dijo a todos ellos el papa Francisco: «En el arte de ascender lo importante no es no caer, sino no permanecer caído».