El perfume del rey

Si no fue capaz de ver la grandiosa mujer que eres, entonces no te merece. Deja que su castigo sea vivir sin ti.

Quince de agosto, Emily.

—Hoy es veintiuno de julio, Nahomi.

El éxito conlleva decisiones grandes con riesgos desconocidos.

Por ahora, bienvenida a Lacrontte, señorita Malhore, reemplazando la h por el sonido de una j y sin mencionar la e final.

Piensan que me voy a creer eso?

—E

Lo besé, es decir, él me besó y yo le correspondí

—Tienes una hermana fabulosa, Emily.

Al parecer, el rey Magnus Lacrontte no tendrá que buscarme demasiado. Yo misma volveré a su reino para ver esos crueles ojos verdes una vez más.

—¿Cómo piensas que podré hacer algo? No hay escapatoria. Stefan dio la orden de no dejarte salir del palacio y la única persona autorizada para levantar esa orden es él mismo. Si por alguna casualidad lograras salir, te buscaría por todo Mishnock hasta dar contigo. Está muy aferrado a ti.

Un escalofrío me recorre la espalda.

Él no te merece...

—Y usted tampoco —espeto, molesta.

—Bueno, tendremos mucho tiempo para averiguarlo.