Yasushi Inoué

Mi madre

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  • slzyshilbgflffkdpqcompartió una citahace 3 años
    El matrimonio, los nacimientos y las defunciones se van sucediendo a lo largo de una vida, pero la única relación humana que permanece imborrable hasta el final es el dolor de la separación.
  • José Lozacompartió una citahace 5 meses
    la espontaneidad de sus reacciones revelaba que aún era capaz de discernir artimañas ocultas. Y
  • José Lozacompartió una citahace 5 meses
    Para nosotros eran asuntos triviales, pero su forma de repetirlos una y otra vez sin olvidarlos revelaba que para ella eran muy importante
  • Crista Auncompartió una citahace 7 meses
    nuestra madre había perdido todos sus recuerdos felices, pero también los más dolorosos. No recordaba cuánto la había querido mi padre y cuánto lo había querido ella, pero tampoco recordaba la indiferencia que él mostraba con ella y la frialdad con que ella lo trataba. En este sentido, la balanza de su vida conyugal estaba equilibrada. Los recuerdos que mi madre había recuperado aquella noche –ir al encuentro de mi padre bajo la nieve, limpiarle las botas y prepararle la comida– no podían considerarse malas experiencias. En realidad, seguro que mi madre tampoco había sufrido cuando era joven y tenía que encargarse de todas aquellas tareas. Pero aunque no hubiera sufrido, aquellas obligaciones se habían ido acumulando como capas de polvo a lo largo de muchos años y ahora, desde la perspectiva de la edad, le parecían mucho más fatigosas. Tal vez mi madre empezara a notar el peso del polvo que se nos acumula día tras día sobre los hombros, casi imperceptiblemente, por el simple hecho de vivir.
  • Crista Auncompartió una citahace 9 meses
    Con la muerte de mi padre también comprendí que una de sus misiones en vida había sido protegerme de la muerte. Mientras él vivía –o quizá precisamente porque vivía–, yo nunca había pensado en mi propia muerte (al menos no de forma consciente, sólo como algo que tenía escondido en un rincón del alma). Pero cuando mi padre murió, el conducto que me separaba de la muerte se despejó de repente y quedó completamente abierto, así que me vi obligado a mirar una de las mitades del rostro de la muerte: empecé a pensar que a mí también me llegaría la hora. Con la muerte de mi padre aprendí que él me había protegido a mí, su hijo, por el simple hecho de estar vivo. No es algo que se haga de forma consciente; no se trata de un pacto entre humanos ni de una cuestión de amor filial. Se trata de algo que nace de la simple relación entre un padre y un hijo y es, sin duda, el vínculo más genuino que puede existir entre ambos.
    Entonces empecé a pensar que tal vez mi propio final no estuviera tan lejos. Pero mi madre, que seguía gozando de buena salud, mantenía oculta la otra mitad del rostro de la muerte, así que el velo que se interponía entre ella y yo no se apartaría por completo hasta que falleciera mi madre. Entonces la muerte vendría a plantarse ante mí con la cara completamente descubierta
  • Penélope C.compartió una citael año pasado
    Un día que estábamos todos reunidos en la casa del pueblo nos pusimos a relatar historias de casos parecidos
  • Penélope C.compartió una citael año pasado
    Tanto sus propias palabras como las de los invitados tenían una vida efímera
  • Penélope C.compartió una citael año pasado
    sólo se repetían algunos episodios, aunque nadie sabía por qué eran tan especiales. Aquellos recuerdos eran muy pocos, pero parecían grabados en su mente de forma imborrable y nunca emergían atropelladamente sino que parecían esperar su turno, aunque luego hicieran acto de presencia en momentos inconexos. En aquellas ocasiones, mi madre actuaba como si acabara de recordar aquel episodio de su juventud: fijaba la vista en un punto lejano y hablaba como si se hubiera sumergido en el pozo borroso de su memoria y fuera pescando sus recuerdos uno a uno. No era una actitud fingida, y ella sin duda estaba convencida de que era la primera vez que rescataba aquellos recuerdos
  • Penélope C.compartió una citael año pasado
    Sólo las cosas que estimulaban su mente de una forma especial se grababan en el disco de su cerebro y, una vez grabadas, se reproducían mecánicamente durante una temporada una y otra vez
  • Penélope C.compartió una citael año pasado
    Hasta ahora he vivido libremente y sin inhibiciones, y a mi edad no quiero vivir en casa de mis hijos para que me digan cómo tengo que coger los palillos a la hora de comer
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