Radiografía de una soledad, la del propio autor, la tal vez pretendida, la tal vez no. Tras asumir cierta femenil ausencia, se regresa a la soledad o a las soledades una vez y otra, como en una especie de rumbo o bucle inexorable que enlaza con la segunda parte del libro, otras proclamas, donde muestra una serie de nostálgicos homenajes a un poeta, a una madre, a una abuela, a una hermana, y también a esa mujer anónima o no, a esa amiga, principio y fin, a la que van dirigidas las soledades previas.
Pero, sobretodo, soledades y otras proclamas nos presenta un poeta comprometido por la injusticia social, por la brutal actividad del ser humano contra su semejante, totalmente sensibilizado ante los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Podemos decir que es este el origen del poeta social que empieza a desprenderse del inicial y romántico para emprender un camino de conciencia y denuncia que todavía hoy recorre.
