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Sören Kierkegaard

La pureza de corazón es querer una sola cosa

  • Alvaro E. Segovia Garcíacompartió una citahace 2 años
    La pausa también es movimiento. Es el íntimo movimiento del corazón. La pausa equivale a profundizar en la intimidad. En cambio, el hecho de proceder siempre hacia adelante significa ir directamente por el camino de la superficialidad.
  • Soliloquios Literarioscompartió una citahace 5 años
    Vivió y comprobó la falla del moralismo, e insiste en la eficacia de los hechos, pero estos sólo son éticos en cuanto expresan una interna condición transformada
  • Soliloquios Literarioscompartió una citahace 5 años
    Kierkegaard no pudo callar y se atrevió, disconforme con su iglesia y, luego, consecuentemente, con la clase de fieles que formara. Actitud que suponía una tremenda lucha íntima: pertenecía a un ambiente que, en parte, lo comprometía y obligaba, pues reconoce que le fueron otorgadas oportunidades de bienestar y cultura negadas a muchos otros; pero también, conciencia escrupulosa y, a veces quizá demasiado meticulosa, rehusaba el menor acomodo, a su parecer adverso a los dictados de lo exigido por la rectitud cristiana. Temperamento agudamente introvertido, se autoanalizaba, siempre insatisfecho, pues lo que era no expresaba en ecuanimidad lo que creía o imaginaba que debía ser. Lo atormentaba la idea de un ajuste vital jamás logrado
  • Andy Vexillographicacompartió una citael año pasado
    individuo en una sociedad de acomodados y rutinarios actúa como aguijón que quiere despertar de la somnolencia. Invita enérgicamente a la vigilia; por eso, casi siempre congrega en su contra los gritos y los hechos de quienes, aunque incitados por el ejemplo, prefieren la indolente modorra. A ello se agrega la condición misma del individuo familiar y social, obligado a adoptar decisiones que lesionan a personas que aprecia o respeta, como era el caso con su padre, Regina Olsen y algunos eclesiásticos. La energía para mantener la rectitud propia de la individualidad obliga a decisiones dolorosas. El cristiano, según Kierkegaard, es un sufriente que avanza hacia el Bien, obligado a esfuerzos y renuncias, centro de burlas y resentimien
  • Andy Vexillographicacompartió una citahace 2 años
    Todo lo demás, prestigio social, riqueza, honores e incluso conocimientos, expresan lo accidental
  • Andy Vexillographicacompartió una citahace 2 años
    exigida igualdad entre los hombres, su irrepetible individualidad; lo restante es vano y transitorio.
  • Andy Vexillographicacompartió una citahace 2 años
    Reducirse a una clase social y comportarse como exigen sus cánones equivale a perderse en lo masivo. Para Kierkegaard, el hombre ante Dios es un individuo libre y responsable, a quien se le pedirá cuenta de sus actos, no de su condición y vínculos sociales y de los privilegios que le proporcionaron. La humanidad contemplada desde la Eternidad Divina nada vale por sus rangos y honores, sino por la conciencia individual que tal vez se acalló al extraviarse en determinados conjuntos
  • Andy Vexillographicacompartió una citahace 2 años
    Kierkegaard adivina que, para amar verdaderamente al otro, precisamos insistir en la vivencia de la propia individualidad. Sólo el individuo puede realmente amar a otro: ya se trate de un masificado, para el cual el amor debería ser el inicio de la liberación, o de otro individuo capaz de entender y corresponder de acuerdo a los vínculos que supone el verdadero amor
  • Andy Vexillographicacompartió una citahace 2 años
    Sólo el individuo puede realmente amar a otro: ya se trate de un masificado, para el cual el amor debería ser el inicio de la liberación, o de otro individuo capaz de entender y corresponder de acuerdo a los vínculos que supone el verdadero amo
  • Andy Vexillographicacompartió una citahace 2 años
    Kierkegaard adivina que, para amar verdaderamente al otro, precisamos insistir en la vivencia de la propia individualidad.
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