Y no les creemos porque otros países sí han podido abastecerse en cuarentena. Y entonces sospechamos que esto es más de lo mismo. Que otra vez se están resguardando los intereses de un pequeño grupo económico por sobre el cuidado a todas las personas. Que si antes de esta crisis sanitaria no les importábamos, ¿por qué les importaríamos ahora? Que lo que quieren es que apaguemos la luz, que nos tomemos la pastilla, que nos borremos y entremos otra vez en el sueño, en ese estado de sonambulismo en el que nos han gobernado desde hace décadas.
Pero ya es tarde porque Chile despertó. El bendito insomnio nos tiene alertas. Ya conocemos el rostro de nuestros peores miedos.