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Anton Chéjov

  • Perla Delgadocompartió una citael año pasado
    todo gran escritor, al narrar un crimen, preserva su mundo más genuino.
  • Ana Vallecompartió una citahace 2 años
    Para escribir un relato se requieren cinco o seis días, durante los cuales uno no debe pensar en otra cosa; en caso contrario, las frases no adquirirán nunca la forma adecuada. Antes de ponerla en papel, cada frase debe permanecer en la cabeza un par de días, para adquirir cuerpo.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    su cuerpo menudo parecía gracioso, ágil y correcto, como el cuerpo de una anguila eléctrica, pero en conjunto… En fin, mi gusto es lo de menos
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    Puede usted juzgarnos con toda la severidad que cabe esperar de una persona a la que nosotros… ¡a la que el destino le ha arrebatado la felicidad!
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    –No me diga que está usted enfermo –dijo Grojolski.

    –Pues sí… parece que está todo aquí dentro como… alterado…
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    Se diría que nuevas esperanzas y nuevos deseos tendrían que bullir en el hombre cuando en la naturaleza todo aparece renovado, joven, fresco… Pero al ser humano le cuesta mucho resucitar.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    Con todo, sí se le podía dar la enhorabuena por una novedad. En su interior crecía un gusano. El gusano de la añoranza. Sentía una gran añoranza, añoranza de su hijo, de su vida pasada, de su alegría.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    –¡Iván Petróvich! –dijo Grojolski con voz de agonizante–. Lo he visto y lo he oído todo… No ha sido nada honroso por su parte, pero tampoco le culpo. También usted la ama.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    La gente no muere de felicidad, tampoco muere de tristeza.
  • Ivana Melgozacompartió una citahace 8 meses
    Protagonista de la primera novela –titulada precisamente Rudin (1856)– de Iván S. Turguénev; el personaje de Dmitri Nikoláievich Rudin es un clásico ejemplo del «hombre superfluo», el héroe atrapado entre su talento y su incapacidad para la acción, que tanto abunda en la literatura rusa del siglo XIX.
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