Nuri Abramowicz

Lo vi venir y tuve esa sensación que se tiene muy pocas veces en la vida: la certeza de que a veces el deseo y el destino coinciden en un final feliz.

Lo vi venir y tuve esa sensación que se tiene muy pocas veces en la vida: la certeza de que a veces el deseo y el destino coinciden en un final feliz.

Lo vi venir y tuve esa sensación que se tiene muy pocas veces en la vida: la certeza de que a veces el deseo y el destino coinciden en un final feliz.

La gente con sentido común suele hacer las preguntas correctas en el momento justo, y así evitan nombrar lo que por algún motivo misterioso es importante que una misma descubra

Y aunque no estaba enamorada, el mundo está repleto de parejas en donde uno ama y el otro se deja amar, o ambas partes coinciden en que el amor es una construcción y parten de una base más práctica que romántica: nos queremos, nos llevamos bien, no hay mucha pasión, el amor vendrá con el tiempo.

Existe algo reconfortante en despedirse de alguien querido a quien probablemente no vuelvas a ver en tu vida. Una cierta tranquilidad de que en el mundo hay desparramada gente buena.

Como si la experiencia de años trabajando en medios de comunicación no me hubiera enseñado que la verdad se construye en base a una estrategia cuidadosamente diseñada antes, o hábilmente editada después

La gente que sufre un accidente, cuando lo cuenta, coincide en lo bestial que es el shock de pasar del estado de bienestar al otro

identificar aunque sea un solo deseo propio y no parar hasta concretarlo

encontrar el error en la otra para sentirse más segura, para evitar ser juzgada, era una marca de nacimiento, un código en el ADN