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Aixa de la Cruz

  • Patti Rodríguezcompartió una citael año pasado
    Yo manejo mi abismo,

    salid de él de una vez. Dejad de curarme.

    SARA R. GALLARDO
  • Marisacompartió una citahace 4 meses
    Estamos orgullosas de la pluralidad de voces, experiencias y visiones. Pero lo que más nos importa es la reivindicación final de esas ganas de salir, y de volver a casa cuando se desee
  • Marisacompartió una citahace 4 meses
    Porque siempre habrá peligro, pero queremos reescribir la historia del riesgo
  • Mariana Nomáscompartió una citahace 5 meses
    Era sin paliativos un arcángel, y al mirarme en el espejo del cuarto de baño me veía como un ser alado y plumífero o como una bellísima monja con elegante toca de blanca cornamenta.
  • Mariana Nomáscompartió una citahace 5 meses
    Me siento extremadamente buena y condescendiente cuando asumo sin malas contestaciones mi personalidad de chica de los recados mientras la diabla, que siempre llevo dentro, se reconcome al pensar que mi madre se ha pasado toda la mañana en casa sin más tareas que cumplir que las domésticas.
  • Mariana Nomáscompartió una citahace 5 meses
    Ella no se daba cuenta —o no quería darse cuenta— de que su hija estaba cansada. Yo tampoco me daba cuenta de que mi madre también lo estaba, aunque quizá por motivos diferentes a los míos.
  • Mariana Nomáscompartió una citahace 5 meses
    Aunque despojarse del miedo o de la idea del infierno nunca resulte fácil. Llevamos escondidos el miedo y el infierno en algún lugar. Son células de nuestro sistema nervioso.
  • Mariana Nomáscompartió una citahace 5 meses
    Mi enfermedad me inducía a creer que a mi madre le iba a costar mucho trabajo volver a levantar su amor por mí de entre las ruinas de mi incompetencia, mi desidia y mi maldad.
  • Mariana Nomáscompartió una citahace 5 meses
    Hija de puta la madre del negrito. Hija de puta la madre de Caperucita. Hijas de puta las madres ausentes y demasiado presentes.
  • Mariana Nomáscompartió una citahace 5 meses
    No sé en qué partícula exacta de aquel tiempo chicle empiezo a sentir compasión. No me doy lástima. Quizá trago un amasijo de culpa y orgullo. Cumplo una misión que me fortalece. Defiendo. Me olvido de mi cuerpo mientras aquel ladrón lo aprieta y lo subraya. No me importo.
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