Enojado porque el destino de ese verano no era el deseado, el protagonista de esta historia viajó dispuesto a hacerle pasar a su familia las peores vacaciones que pudieran imaginarse y, movido por la furia, planeó esconderse durante días en un altillo abandonado de la casa que alquilaban. Convencido de que el susto les daría una lección a sus padres y así lo escucharían en lugar de ignorar sus deseos. En su escondite, encuentra un pizarrón y este hallazgo le hará vivir una verdadera pesadilla de la que no podrá despertarse. El mundo puede ser horrible o puede ser hermoso, todo depende de cómo querramos verlo.