Ser el que somos en verdad, es la meta de nuestra existencia. Para eso fuimos creados tal como somos. Elige solo el amor nos invita a hacernos conscientes de que, existe un punto en el camino desde donde - habiendo aceptado el amor que somos -, la voz del Cielo nos invita a expresar la verdad de nuestro ser. De ese modo extendemos lo que somos. Disfrutamos de ser tal como fuimos creados para ser. Nos reconocemos en el amor. Extendemos la luz de Cristo, que es la luz en la que nuestra alma vive. Llegar a ese punto es la alegría del alma.