Si sos de un país de habla hispana -lo que es probable si escuchás este podcast-, seguro que estos nombres te remiten a tu infancia. Y seguro también que te harán sonreír: El Chavo del Ocho, el Chapulín Colorado, el Chómpiras, el Doctor Chapatín… La lista puede seguir. Estamos hablando, claro, de Roberto Gómez Bolaños, conocido por todos como “Chespirito”. El comediante, guionista y director mexicano fue uno de los íconos del humor en hispanoamérica. Alguien capaz de hacer reír a chicos y grandes por igual. Hacerlo una y otra vez a lo largo de varias generaciones, que fueron viendo las
repeticiones de sus programas en televisión. En fin, un hombre de la televisión y el cine. Y un tipo de éxito. En esta carta, Gómez Bolaños se pone serio para hablar de la otra cara de la moneda, de cuando las cosas no salen bien. El actor mexicano Eugenio Derbez había hecho una telenovela llamada “No tengo madre”, a la que le fue mal. El canal decidió sacarla del aire muy pronto y Derbez, que daba sus primeros pasos, cayó en un pozo depresivo. El creador de “El chapulín colorado” se enteró de eso y le
escribió esta preciosa carta, llena de motivación y de consejos sobre el futuro, la creatividad y lo que significa hacer arte. Lee el actor Fernando Bersoza.
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Estimado Eugenio: Por diversas razones, principalmente de trabajo, tuve muy pocas oportunidades para ver. Sin embargo, a lo poco que vi, le añado comentarios al respecto de mi hijo Roberto por ejemplo y artículos periodísticos alusivos a tu obra. De modo que la suma
refleja un saldo francamente positivo. No obstante he leído que a raíz de que la telenovela salió del aire tú te has sentido deprimido. Y eso no se vale. Pero no vayas a
pensar que estas líneas constituyen algo así como mi más sentido pésame. No. Lo que te quiero decir es que, en mi opinión, hiciste algo sumamente valioso: intentar algo nuevo, algo diferente. Quien no tiene valor para hacer esto, que se quede en ese vasto terreno de la mediocridad en el que están cómodamente sentados todos aquellos que ya han renunciado a la trascendencia. Por otra parte, yo no sé si si tu telenovela fue un fracaso. O, para
decirlo de mejor manera, no sé si fue considerada como un fracaso. De cualquier modo déjame recordarte algo. En cierta ocasión, se estrenó una ópera que fue repudiada por la crítica y por el público. Se reestreno después y sucedió lo mismo. Pero hubo un tercer intento y esta vez fue un éxito grandioso como lo sigue siendo hasta la fecha. Pues la ópera en cuestión era La Traviata. ¿Qué significa esto? Algo muy simple: el público también suele
fracasar. Para concluir te diré algo que he repetido en innumerables ocasiones. No existe la fórmula del éxito, pero existen en cambio muchas fórmulas del fracaso. Y la mejor de éstas es tratar de halagar a todo mundo. Quien intenta satisfacer el gusto de todos termina por obtener el disgusto de todos. Por tanto no hagas concesiones. Haz únicamente aquello que a ti te satisfaga y ten fe en que tu elección será compartida por muchos. A los que no les guste que cambien de canal. O que vayan a otro teatro o a otro cine. Y en esto de no hacer concesiones la primera
que se debe evitar es la absurda búsqueda del rating. Que este determina desgraciadamente la permanencia de nuestros programas, bueno digamos que sí. Pero el rating debe ser siempre una consecuencia y jamás un objetivo. Independientemente de que en algunas ocasiones -no siempre por fortuna- el famoso rating va íntimamente ligado a lo sucio a lo vergonzoso y a todas las demás expresiones de la parte negativa del ser humano. En resumen intenta lo que para ti sea valioso y verás que como, ya lo has comprobado, en más de una ocasión transitará por el sendero del éxito. Recibe un abrazo de tu amigo
Roberto Gómez Bolaños