¿Sufres o conoces a alguien que sufra de epilepsia? La epilepsia es una enfermedad más común de lo que pensamos. Afecta a personas de todas las edades, géneros o nivel social. Aproximadamente, 50 millones de personas en el mundo conviven con crisis caracterizadas por eventos convulsivos, lo que convierte a la epilepsia en una de las enfermedades neurológicas más comunes a nivel global.
Pero existe una situación más compleja; entre el 25 y el 30 % de los epilépticos, es decir cerca de 20 millones de personas en el mundo, son refractarios a los fármacos. Esto significa que las crisis epilépticas de un paciente son muy frecuentes o el tratamiento anticonvulsivante no controla las crisis. Es por eso, que, ante la falta de resultados clínicos satisfactorios en el tratamiento de la epilepsia, los pacientes, padres de familia y profesionales de la salud han aunado esfuerzos a lo largo de los años, para buscar terapias más eficaces y con mecanismos de acción con respuestas más claras, que los mecanismos de acción convencionales.
Actualmente, gran en parte de los estudios sobre la influencia del cannabis en el mejoramiento de los síntomas de la epilepsia, se plantea el uso de los cannabinoides como un tratamiento coadyuvante y sinérgico con el tratamiento de base. Lo que permite, en la mayoría de los casos, suprimir paulatinamente algún fármaco o reducir su dosis, con el consecuente beneficio. Sin embargo, clínicamente nunca se ha considerado el uso de cannabis como único medicamento, ni como primera opción terapéutica.
A pesar de esto, el 90% de los pacientes que recibieron CBD presentaron algún grado de reducción de la frecuencia de las convulsiones. Es por esto que muchos pacientes y padres de familia reconocen que la medicina debería enfocarse en realizar más investigaciones que conlleven al uso legal sin fronteras del aceite de cannabis para el tratamiento de los síntomas de esta enfermedad.