Axel y Valentín viven las fiestas a flor de piel. Repasan sus aventuras navideñas, su afición por ciertas bebidas espirituosas, y se preparan para lo que quizá sea el fin del principio. O viceversa, no sé, tomé demasiado ananá fizz. La cuestión es que muchas preguntas han sido respondidas y muchas otras aún no. Pero para eso existen los finales suspensivos, ¿no es cierto? Brindemos porque me renueven el contrato.