El príncipe convertido en rana, cuenta en primera persona su historia. Su hechizo solo puede ser roto por el beso de una princesa, pero él confiesa que no soporta a la princesa del reino porque es muy quisquillosa. ¿Cómo hará para conseguir entonces el beso que tanto necesita? ¿Podrá romper el hechizo y recuperar su aspecto? ¿O se quedará comiendo deliciosos guisos de mosquitos en el estanque?