Las personas viven con muchas ilusiones mal tomadas. Eso se debe a que ellos son especialmente vulnerables a este respecto. Ellos se ven como inteligentes pero pueden ser engañados con facilidad y son inconscientes de su aspecto malicioso. Nacemos sin conocernos a nosotros mismos pero estamos viviendo como si nos conociéramos. Como las personas no se conocen a sí mismas, la Biblia nos dice que somos pecadores.
Las personas hablan sobre la existencia de sus propios pecados. Y ocasionalmente, parece que las personas son incapaces de hacer buenas cosas y están tan inclinadas a caracterizarse a sí mismas como buenas. Quieren ostentar y mostrar sus buenas obras. Dicen que son pecadoras pero actúan como si fueran tan buenas.
Ellos no saben que no son ‘buenos’ ni tienen la capacidad de hacer cosas buenas pero tratan de engañar a otros y de vez en cuando aun se engañan a sí mismos. “No podemos ser maliciosos completamente. Hay algo bueno en nuestro corazón”.
Entonces ellos miran a otros y se dicen a sí mismos: “Ojalá no lo hubiera hecho. Sería mucho mejor si él no lo hubiera hecho. El habría sido mucho mejor si hubiera hablado en esta manera. Pienso que sería mejor rogar al Evangelio en tal manera. El fue redimido antes que yo, entonces pienso que él debe actuar como una persona que ha sido redimida. Fue redimida recientemente, pero si aprendo más, lo voy a hacer mucho mejor que lo que hizo él”.
Ellos están afilando sus cuchillos en su corazón. “Solo tiene que esperar. Va a ver que no soy como usted. Entonces, ¿piensa que usted es superior a mí? Solo tiene que esperar. Esto está escrito en la Biblia, que los últimos serían los primeros. Sé que esto se aplica a mí. Espere y voy a mostrarlo”. Las personas se engañan a sí mismas.