La belleza inútil apareció en 1890, con Maupassant ya aquejado por la enfermedad
mental que le obligó a recluirse en un sanatorio y que finalmente acabaría por llevarle a
la muerte.
Por este motivo sus obras se caracterizan por un profundo pesimismo y un deseo de
mostrar al hombre como un ser abandonado a su suerte en un mundo hostil.
Este célebre y sobrecogedor relato de Maupassant describe la venganza amarga y
callada de una mujer oprimida por los designios de su amo, de su esposo.
El retrato psicológico de los personajes que integran esta historia es paradigmático de
toda la obra del autor y resulta, sin lugar a dudas, brillante y absolutamente moderno.
A lo largo de las páginas de “La belleza inútil”, Maupassant nos va introduciendo en un
universo de angustia donde la pugna entre la sumisión y el ansia de libertad conduce a la
protagonista a elaborar, hilándola poco apoco, una venganza cruel y necesaria.
La condesa de Mascaret, la protagonista de la historia, vive sometida por un marido que
sólo la considera una vulgar procreadora; sin embargo, ella, encerrada en su jaula de
cristal, ve cómo pasa el tiempo, llevándose su juventud, así que decide someter a su
esposo a una tortura psicológica a la que éste sólo podrá responder con los celos más
enfermizos.