“Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha”. Ese es uno de los poemas que Julio Cortázar le dedicó a Cristina Peri Rossi. La notable escritora uruguaya, ganadora del Premio Cervantes, fue algo así como el amor imposible del autor de “Rayuela”. Se conocieron a través de una carta. Ella se exilió en España a inicios de los 70. Él la ayudó a huir a París. Fue una amistad. Y
fue también amor. Una amistad amorosa. ¿Quién dijo que tienen que ser calles que nunca se cruzan? Compartieron viajes, compartieron el humor, muchas cartas y una fascinación mutua. Él le dedicó poemas. Y ella, muchos años después de su muerte, escribió el libro “Julio Cortázar y Cris” como una suerte de homenaje y una crónica de ese vínculo. Acá va un texto de Cristina a Julio. Un amor sin etiquetas. Amor a secas. Amor sin más. Lee la actriz Sabrina Speranza.
***
Barcelona, octubre del 2000. A veces escucho tu voz y tus palabras en trozos de las cintas que me enviaste y recupero algunas de las cosas más queridas: el olor del tabaco de tu pipa (yo probé a pasarme a la pipa inútilmente: lo único que quería era dejar la pipa para fumarme un buen cigarrillo), la melancolía de tus ojos celestes, los pantalones de pana que te quedaban un poco cortos, siempre, la manera de pronunciar la palabra: "terrrrrrible" y a María Bethânia cantando "Drama". Ya no colecciono caleidoscopios -posiblemente porque no estás vos para quedarte extasiado mirando las formas y colores- y tengo la sensación de que el mundo, tal como va, no te gustaría, que tendrías muchas cosas que decirle, con tu sonrisa irónica, con tus atribuciones a la tía Celia, que por suerte no está para desmentirte. También pienso que no te arrepentirías de nada, porque nunca fuiste injusto y tenías un corazón tan grande -como dijo Juan Rulfo- que fue necesario inventarte un cuerpo muy grande, también, para contenerlo. Para un escritor, lo más difícil es estar a la altura de su obra. En tu caso, eso te exigió crecer muchísimo.