necesitamos hombres libres que no nos traten como a enemigas, que puedan disfrutar del amor sin miedos, que puedan desnudarse y compartirse. Que no se sientan obligados a hacer demostraciones constantes de su hombría, que sepan usar su poder sin dominar y sin hacer daño a nadie, que revisen sus privilegios , que busquen otros modelos de masculinidad, que construyan su propia identidad al margen de los mandatos de género