Estudiantes de clase media y jóvenes proletarios se unieron en un electorado airado, decididos a hacer valer sus votos por primera vez. Los jefes de los sindicatos, líderes curtidos y duros, eran abucheados en los mítines por elocuentes feministas con extrañas ideas nuevas. Activistas ecológicos de nuevo cuño, liberacionistas gays, espartaquistas, situacionistas, comunistas milenaristas y Panteras Negras eran también motivos de fastidio para la vieja izquierda. Cuando Benn aparecía en los mítines, era ovacionado como una estrella de rock.