Un pensamiento más: cuando usted empiece a estudiar la Palabra de Dios, no vaya con una actitud de encontrar alguna verdad que nadie más haya visto jamás. No estudie para encontrar algo con lo cual pueda impresionar a otros. Más bien vaya a la Palabra para encontrar lo que Dios quiere decirle. El verdadero problema para la mayoría de nosotros no tiene que ver con la interpretación de pasajes difíciles, sino con la obediencia a los pasajes que comprendemos.