Esli Cancinocompartió una citahace 6 años
Naces, creces, te casas.
Retrasas tus ambiciones, crías a tu familia, el cáncer te golpea a la mitad de tu vida.
Estaba convencida: tenía que vivir por mis propias aspiraciones, pero también por las suyas.

Si tienes suerte, tu hogar no es sólo el lugar del que te vas, sino también un lugar al que un día llegas. A veces me gustaría no haberme ido nunca de Newburyport o al menos haberme quedado un poco más. Desde luego, aquélla fue la última vez que sentí que estaba en un hogar tal y como yo lo concebía, en un lugar donde cada taza de té y cada silla daban pie a la conversación constante que había sido la relación con mi madre, una conversación que pronto se desvanecería en un susurro y luego amenazaría con desaparecer del todo. A la crítica literaria que hay en mí le molesta su papel en este libro tanto como me molestaría un giro argumental hacia el sentimentalismo en una película. Todos hemos tenido madre; pocos queremos perderla. Ojalá mis vivencias trascendieran esta llamada tan obvia a su compasión como lectores y yo fuera una escritora distinta, pero no puedo borrar el hecho de que mi vida adulta comenzó aquella mañana de mayo en la que mi madre respiró por última vez.
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