Vosotros, gente potencialmente acomodada, llegaréis a aburriros de vuestro trabajo, de vuestras amistades, de vuestras parejas, de vuestros amantes, de la vista desde vuestra ventana, del mobiliario o del papel pintado de vuestra habitación, de vuestros pensamientos, de vosotros mismos. Y, en consecuencia, intentaréis idear formas de evasión. Aparte de los gratificantes aparatos antes mencionados, puede ser que os decidáis a cambiar de trabajo, de residencia, de compañías, de país, de clima; o a entregaros a la promiscuidad, al alcohol, a los viajes, a la cocina, a las drogas, al psicoanálisis.