Grullocompartió una citahace 5 años
La atmósfera de la ciudad se hacía más extraña a medida que transcurrían los días. Era como si algo se hubiese marchado de Nueva York –su realidad o su importancia– y la ciudad estuviese montando un espectáculo para él solo, un espectáculo colosal de autobuses, taxis y gente que caminaba presurosa por las aceras, de televisores enchufados en todos los bares de la Tercera Avenida, de cines con el neón de las marquesinas encendido a plena luz del día, y de efectos sonoros compuestos por el sonar de millares de cláxones y voces humanas que parloteaban sin sentido. Parecía que el sábado, cuando su buque soltase amarras, toda la ciudad de Nueva York iba a desplomarse como una gigantesca tramoya de cartón piedra.
  • Únete o inicia sesión para comentar
    fb2epub
    Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)