Había, por supuesto, otras clases de literatura –teórica, autorreferencial, lacrimógenamente autobiográfica–, pero sólo eran pajas mentales. La auténtica literatura trataba de la verdad psicológica, emocional y social tal como la mostraban las acciones y reflexiones de sus protagonistas; la novela versaba sobre el carácter desarrollado a lo largo del tiempo