Introducción
La alimentación occidental —la de los países ricos—, a pesar de ser abundante y variada, está lejos de la perfección.
Demasiadas grasas, muy pocos glúcidos (azúcares), una aportación en micronutrientes esenciales apenas suficiente… ¡Un balance que ni por asomo puede convertirse en modelo!
En efecto, comemos un exceso de materias grasas, a menudo disimuladas en las salsas, las pastas, los fritos, los embutidos, mientras que las recomendaciones actuales deberían orientarnos hacia una alimentación más