Desde que, por alguna maravillosa casualidad, nacéis en el clan en el cual la benevolencia y la lealtad son muy profundas, todos –sin tener en cuenta a granjeros y comerciantes– tenéis una gran deuda con el clan más allá de cualquier expresión verbal.
A la vista de este hecho, debéis estar firmemente resueltos a ofreceros en vuestro servicio para poder llegar al favor (privilegio) de ser un miembro de este clan. Y si el Señor os apadrina, mostrad que sois útiles deshaciéndoos de vuestro propio juicio. Incluso si se os ordena hacer tanto ronin como harakiri, tomadlo como una forma de servicio y convenceos de que, inevitablemente, deberéis morir y nacer de nuevo de las profundidades de las montañas o de las capas profundas de la tierra sólo para trabajar por el clan. Éste es el primer requerimiento de los samurais Nabeshima y nuestra esencia.