Mauricio Coronelcompartió una citahace 5 años
, tocando las palmas, arrebolados y rientes como auroras; Diana, loca, los seguía, ladrándole á su propia y riente campanilla; Platero, contagiado, en un oleaje de carnes de plata, igual que un chivillo, hacía corvetas, giraba sobre sus patas, en un vals tosco, y, poniéndose en las manos, daba coces al aire claro y tibio...

XII

SUSTO
ERA la comida de los niños. Soñaba la lámpara su rosada lumbre tibia sobré
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