En el libro de Ezequiel del Antiguo Testamento se puede leer:
Estabas en Edén, en el jardín de Dios, adornado con toda clase de piedras preciosas: rubí, crisólito, jade, topacio, cornalina, jaspe, zafiro, granate y esmeralda […] y especialmente preparados para ti desde el día en que fuiste creado