mprincompartió una citahace 9 años
MI querida Sibila:
Ha transcurrido tanto tiempo desde que nos vimos por última vez, que quizá los días luminosos de tu vida feliz, las noches de luna en compañía del hombre que amas y las horas inconscientes que transcurren en el hogar tranquilo y dichoso te hayan hecho olvidar a la pobre enferma.
Yo no te olvidé nunca. Me parece que aún te veo recostada sobre la blanca balaustrada de la terraza del balneario, con los ojos perdidos en aquel horizonte infinito y las manos caídas a lo largo del cuerpo. Parecías la imagen de la resignación y yo te envidiaba, porque dentro de mí no existía la conformidad que veía en tus ojos de miel. ¡Cuántas veces deseé aproximarme, saber lo que sentías y
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