Creer la Palabra de Dios es algo que las aves no pueden soportar. Cada vez que el enemigo quiera traer duda o incertidumbre, declara la promesa, ¡declara la Palabra! ¿Cómo fue que Jesús venció las aves que lo atacaron en el desierto? Para cada ataque había una promesa. Por algo el escritor a los Hebreos dijo: “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos; y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”