—¿La guerra entre los tutsis y los hutus es porque no tienen el mismo territorio?
—No, no es eso, están en el mismo país.
—Entonces... ¿no hablan la misma lengua?
—No, la lengua que hablan es la misma.
—Entonces, ¿es porque no tienen el mismo dios?
—Sí, sí tienen el mismo dios.
—Entonces... ¿por qué están en guerra?
—Porque no tienen la misma nariz.
La conversación se detuvo ahí.