Para volvernos expertos en la oración positiva tenemos que ser tan disciplinados al orar como los músicos los son al ensayar. Cuando oramos positivamente con regularidad y disciplina, el deseo de mantener nuestros pensamientos positivos aumenta, ya que como sabemos que estamos en la presencia de Dios, en todo momento y en todo lugar, cada pensamiento se vuelve una oración.