Unos pasos más en esa dirección y los obreros austríacos habrán llegado a comprender que la emancipación del proletariado es decididamente imposible en todo Estado; una tal abolición no es posible más que por el apoyo solidario del proletariado de todos los países, cuya primera organización en el terreno económico es precisamente la Asociación Internacional de los Trabajadores.